sábado, 30 de octubre de 2010

Instantes fugaces

 
"¿Por qué será que cuando tenemos la felicidad soñada entre las manos, no la saboreamos más a fondo? ¿Por qué seremos tan inconscientes y nos cuesta identificar el momento de gloria? ¿Por qué la felicidad se nos pasa desapercibida en el segundo mismo en que la estamos viviendo, y luego toca revivirla a punta de recuerdos?"

En más de una ocasión, todos nosotros puede que nos hayamos preguntado lo mismo, y seguramente la mayoría coincidiríamos en que el momento en que estas preguntas aparecieron en nuestra cabeza, fueron instantes en que creíamos que lo habías perdido todo, o que aquéllo que nos hacía sentir bien se acababa de esfumar ante nuestras narices, y que todo pasaba a tener un tono grisáceo, puede que hasta borroso. Esto me hizo pensar en la cantidad de instantes que vivimos cada día, instantes que se convierten en fugaces, ya que muchas veces no somos conscientes de que los vivimos hasta que ya han pasado y como dice la frase, luego nos toca vivirlos en forma de recuerdos; y siempre al final, me acabo preguntando hasta que punto los recuerdos que guardamos son verdaderos y no son una idealización, una idealización que muchas veces puede llegar a rozar la perfección.

lunes, 25 de octubre de 2010

Cosas que nos dan miedo


Cuando era pequeña me encantaba ir de viaje por el hecho de ir en avión. Ahora, con el paso de los años, me doy cuenta de que cada vez me gusta menos la idea de tener que cogerlo; supongo que eso es porque al hacernos mayores valoramos más las cosas y vemos los riesgos con más claridad.
Esto viene a raíz de las turbulencias que ha sufrido el avión con el que regresaba a casa esta mañana. Y me ha hecho pensar en las cosas que nos dan miedo. Algunos tienen miedo a los insectos, otros a las serpientes, a las arañas, etc. Pues bien, yo tengo miedo a la oscuridad, pues cuando llego a casa suelo encender casi todas las luces si es que aún no ha llegado nadie; también me dan miedo las alturas, aunque soy de las que siempre se acercan al precipicio  para ver que hay abajo del todo y poco después empiezo a notar esa sensación extraña en las piernas que te avisa de que no puedes moverte; pero sobre todo, tengo miedo a la soledad; no sólo al hecho de no estar con nadie, sino más bien de no tener aquellas personas que te importan a tu lado, de sentir que puedes perderlas y que aun así no puedes hacer nada para evitar que se alejen. También con esto me doy cuenta de que muchas veces las cosas que nos dan miedo no son reales, no en el momento en que las sentimos o descubimos que nos dan miedo, aunque si no tenemos cuidado algún día pueden convertirse en realidad. Supongo que al fin y al cabo, lo que de verdad nos aterra es el hecho de que estos miedos puedan hacerse reales y que no sepamos como afrontarlos o luchar contra ellos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Primer aniversario


Trescientos sesenta y cinco días después, y llegó. 
Este blog lo empecé un 22 de octubre; dicen que todos tenemos días en que creemos que el Sol brilla más en otra parte, y por lo que recuerdo ese fue uno de esos. Pero a lo largo de este año han habido muchos días en que el Sol ha brillado aquí y en todas partes; he vivido momentos que se han quedado grabados en la memoria, otros que ha sido mejor olvidar y seguir adelante, y algunos en los que me he sentido perdida y sin saber a dónde ir. Aun así, he luchado, he confiado, me he caído pero he aprendido a levantarme; he reído a carcajadas, he llorado, me he enfadado, he gritado, y siempre he vuelto a sonreír. He conseguido muchas de las metas que tenía pendientes, me he enfrentado a mis miedos y les he plantado cara; he hecho saber a esas personas que siempre están a mi lado, que son importantes y que las quiero y he vivido cada día como si yo lo inventara. He aprendido que nada es seguro y todo es posible, y que no se trata de evitar los errores, sino los arrepentimientos; también he aprendido que es bueno tener miedo, porque significa que tienes cosas que perder. Y lo más importante, he aprendido a ser yo misma y a disfrutar y valorar aquello y aquéllos que me rodean. 

Pues bien, otro 22 de octubre y seguimos aquí, pero con la diferencia de que hoy el Sol brilla más que nunca y que esto lo escribo desde la ciudad que cada vez que vengo, más me sorprendre: Barcelona. No sé a dónde me llevará el viento, pero seguiremos escribiendo, ya que el motivo por el que empecé este blog fue porque tuve la necesidad de escribir, y trescientos sesenta y cinco días después, aún sigo teniéndola.

Buen fin de semana!

jueves, 21 de octubre de 2010

Siempre nos olvidamos de la letra pequeña


Hace varios días que tengo la extraña sensación de que me estoy metiendo en un pozo sin fondo del que me va a costar salir, y del que más de uno saldrá herido.

Cada día más me doy cuenta de lo complicadas que somos las personas, que cuanto más tenemos, más queremos y que nunca nos conformamos con nada. La cuestión es que mi sentido de la razón me esta avisando de que me encuentro en terreno peligroso y aún así yo sigo adelante casi sin inmutarme. ¿Por qué será que aun teniendo miles y miles de señales luminosas de alerta enfrente de nuestras narices, somos incapaces de pararnos y pensar si lo que estamos haciendo es lo correcto? Dicen que de los errores se aprende, pero a veces se nos olvida leer la letra pequeña que nos avisa de que si no tenemos cuidado, los próximos que comentamos van a ser aún peores que los anteriores.

martes, 19 de octubre de 2010

Más cosas simples

 
Una vez más me he dado cuenta del poder que tienen cosas tan simples como una canción, un aroma, un sabor, una imagen... que son capaces de hacernos revivir situaciones, momentos pasados, o traernos la imagen de alguien a la mente. Supongo que todas estas cosas las recordamos porque en algún momento fueron importantes, significaron algo e hicieron que pusiéramos los cinco sentidos en marcha. Y eso me encanta. 
Hoy por ejemplo, mientras conducía han puesto en la radio una canción que hacía meses que no escuchaba, y al instante miles y miles de imágenes han aparecido ante mi. Todas ellas eran cosas que he ido viviendo a lo largo de este año y en las que siempre de fondo estaba ésta canción.
Como ya he dicho en otras ocasiones, estas pequeñas cosas que a ojos de otro podrán parecerán insignificantes y carecerán de valor, para mi hacen que la vida sea interesante y valga la pena.