lunes, 21 de marzo de 2011

Quiero cerrar los ojos y respirar hondo


Creo que a la mayoría de las personas nos pasa que al escuchar una canción miles de recuerdos aparecen ante nosotros, algunos son bonitos, alegres, y otros son grises, tristes; cada canción que nos gusta tiene el poder de sacarnos una sonrisa en el momento más inesperado, y otras veces esta misma canción nos saca todas y cada una de nuestras lágrimas. Es por eso que un día busqué una canción que me ayudara a sentirme bien cuando no lo estaba, como una canción neutral que puedo escucharla mil veces estuviera triste o contenta, enrabiada o tranquila, estuviera arriba del todo o sumergida en el océano más profundo. Más tarde me di cuenta de que el grupo y todas sus canciones para mi son como un comodín, puedo escucharlas todas y enseguida me siento mejor.
La canción de la que hablo es City of blinding lights de U2; la primera vez que la escuché me quedé alucinada, y años después mi hermano me subió a sus hombros un 3 de julio de 2009 en el Camp Nou para que pudiera ver a Bono cantándola, y los pelos se me pusieron de punta y cada vez que la escucho recuerdo ese día y los pelos se me erizan al instante; después, cierro los ojos, cojo aire y soplo intentando sacar todo aquello que se ha ido pegando a mi sin yo quererlo.

lunes, 14 de marzo de 2011

"El horizonte me enredó de nuevo."

 
Después de estar un mes sin pasarme por aquí ni por ninguno de los blogs que sigo, he vuelto. El motivo por el que dejé de lado el blog fue que me pasó de todo y a la vez nada y perdí el interés por casi todo y sobretodo las ganas de seguir escribiendo. Pero lo que quiero contar hoy es otra cosa.

¿No os ha pasado nunca que cuando pasáis un día, una tarde o una noche en la que os habéis sentido bien, luego al llegar a casa intentáis revivir esos momentos en vuestra cabeza? Porque a mi sí. El caso es que la otra noche salí con unos amigos y me divertí muchísimo; tengo que admitir que cada vez que hemos salido me lo he pasado en grande, pero ayer me di cuenta de una cosa a la que no había prestado atención; y es que vi que cada vez que salimos de ese local es como volver a la realidad, como si durante el tiempo que estoy allí dentro todo fuera posible y tuviera sentido, como si el tiempo se detuviese; pero una vez pisas de nuevo la calle, te das cuenta de que no es tan bonito como parecía y cada uno se va por su lado y vuelve a su vida. La cuestión es que esta última vez la "magia" no se esfumó en el instante que salí fuera del local, sino que duró unas cuantas horas más. Y sinceramente, ese podría ser una de esos instantes que querría revivir y recordarlo una y otra vez, pero esta vez tengo miedo a que mi mente me juegue una mala pasada y se invente cosas que no sudecieron, diálogos que nunca existieron y los mezcle con lo que sí paso, llegando a tal punto que ni yo sepa distinguir lo real de lo que no lo es, y al mismo tiempo no quiero olvidar nada de lo que sucedió. Francamente, también sé que si me sumerjo en esto, terminaré por pillarme los dedos, que ya viene siendo costumbre en mi desde hace tiempo, y creo que esta vez no bastará con poner la mano bajo el agua para calmar el dolor y que éste no siga latiendo con la fuerza que suele hacerlo.


(El título del post lo saqué hará unos meses de un blog que me encanta: mellowdoubtmiradas.blogspot.com)