En la vida hay momentos, situaciones, instantes, que un día u otro nos muestran cuales son las cosas que realmente son importantes, a cuales debemos prestar más atención, aquéllas que realmente nos hacen ser quienes somos y que por tanto debemos valorar y cuidar más.
Hoy hace una semana que mi mejor amiga se fué de Erasmus, y ya la echo de menos. Con esto de las nuevas tecnologías, que puedes hablar a través del ordenador y parece que lo estés haciendo a través de un teléfono, la verdad es que hablamos casi cada día, pero aún así no es lo mismo. No sé, el hecho de no poder abrazarla o que ella me de un abrazo cuando lo necesito sin necesidad de decir nada, se me hace un poco raro. Esto ha hecho que me diera cuenta de lo mucho que la quiero y de lo importante que es en mi vida. Es mi mejor amiga y estamos juntas desde que tengo memoria. Jamás nos hemos separado, siempre nos lo hemos contado todo, nos hemos apoyado, hemos sido capaces de hablar como personas civilizadas cuando ha habido malos entendidos y siempre hemos podido contar la una con la otra, tanto en los buenos momentos como en los malos.
Ella sabe que estoy muy orgullosa de que haya decidido marcharse durante seis meses, y sé que allí se lo está pasando en grande y me alegro mucho por ella, pero la echo de menos.