Esta mañana conduciendo por la autopista, me he acordado de alguien a quien hace meses que no veo y de quien no sé nada desde la última vez que nos vimos. Me gusta la amistad que tenemos porque aunque estemos meses sin saber el uno del otro, cuando nos encontramos es como si el tiempo no hubiera pasado; me gusta este tipo de relaciones tan simples. El caso es que hace unas horas, al volver a casa recibí un mensaje de esta persona y me sorprendió, ya que no suele ser alguien del que reciba mensajes en el móvil. Este tipo de casualidades, (o el destino, como muchos lo llaman) me hacen sentir bien, me hacen sonreir y disfrutar de las cosas; me hacen ver que la vida es mucho más simple, y que en realidad somos nosotros mismos quienes nos complicamos e intentamos hacernos creer que la vida es difícil e injusta, cuando en realidad, lo mejor es dejarse llevar y no cuestionarse tanto las cosas, ya que en el fondo, lo más seguro es que no consigamos nada con esas comeduras de cabeza al querer analizarlo y controlarlo todo. Pearl S. Bruck dijo que "Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad". Al oir por primera vez esta frase, me di cuenta de que toda mi vida, estaba basada en pensar en el futuro; así que me dije que esto no podía seguir así, y desde entonces vivo cada día como si del último se tratara; como todo el mundo pienso en cosas futuras, con lugares donde me gustaría ir, con cosas que me gustaría hacer, pero intento vivir todo aquéllo que llega de la forma más intensa que puedo.
P.D.: Nueve días y empezamos.
Foto: Constelación de Orión, mi preferida, con Alnitak, Alnilam y Mintaka alineadas en el centro.