lunes, 30 de agosto de 2010

"La historia no termina, hasta que tú sientes que termina."

Últimamente la gente me ha decepcionado mucho, y este verano realmente he visto que la gente cuando quiere es capaz de mostrarse de una forma totalmente distinta a la que es en realidad, como si llevaran una careta todo el rato y llegando hasta tal punto de que se les olvida quien hay detrás de ella. 

Respecto a la última entrada que hice, quiero decir que al final me atreví a contárselo todo a la segunda persona engañada, pero decidió no creerme. Ante esto sólo puedo decir que no hay más ciego que el que no quiere ver y aunque las cosas no hayan salido como hubiera querido, he aprendido de lo vivido y gracias a dios, para mi esta historia ha llegado a su fin.

jueves, 12 de agosto de 2010

Cuando el miedo te para los pies, y no sabes qué hacer

 
Hace una semana y media dije que había algo que necesitaba averiguar. Pues bien, sin necesidad de formular ninguna pregunta, la información llegó por si sola. Ahora se me plantea otra duda, y es la siguiente:

¿Qué debes hacer cuándo te das cuenta de que te han engañado y utilizado, y a la vez han engañado a una segunda persona, pero que ésta todavía no sabe nada?  ¿Debes decíserlo? ¿Debes hacerle saber que la persona que me ha engañado, también la está engañando a ella aunque la verdad pueda dolerle? ¿O lo mejor es que siga sin saber nada sobre el asunto y posiblemente siga viviendo una mentira?

Por una parte creo que dicha persona se merece saberlo todo, pero por otra me da miedo que el remedio sea peor que la enfermedad, y que al contar la verdad, se arme una de las gordas.

lunes, 2 de agosto de 2010

"No podemos rebobinar; por eso es muy difícil elegir."

 
¿Qué hacer cuando necesitas saber algo, pero aún así no puedes preguntáselo a la persona que tiene la respuesta?

Ésta es una pregunta que llevo haciéndome varias semanas. Hay algo que necesito saber, pero no puedo dirigirme a la persona que resolvería todas mis dudas sobre el asunto, porque eso podría conllevar consecuencias para nada agradables. Pero a la vez, si no averiguo la verdad sobre el asunto, mi cabeza estallará, y no quiero seguir sintiendo lo que siento por culpa de todo esto, para nada es agradable ni fácil de sobrellevar. Por mucho que lo pienso y lo vuelvo a pensar, no llego a ninguna parte, y no sé que camino elegir: si afrontar las posibles consecuencias por muy malas que sean y formular la dichosa pregunta, o si por el contrario dejar que pase el tiempo, y que éste me dé una respuesta, aunque existe la posibilidad de que dicha respuesta nunca llegue por si sola, y por tanto, me quede con la duda.