sábado, 6 de noviembre de 2010

Aceptarlo y seguir adelante

Hace meses leí algo que decía que Fröbel pensaba que la anticipación era la forma más pura de placer y la más fiable, y mientras que las cosas que nos ocurren realmente terminan decepcionándonos, lo que jamás nos ha pasado nunca se empaña ni desaparece, se graba en nuestro corazón con una especie de dulce tristeza.
Al principio pensé que era una buena manera de ver las cosas, pero cada vez que vuelvo a pensar en ello, más me doy cuenta de que pensar así es casi como una actitud cobarde, como si no quisiéramos afrontar las cosas que nos pasan y nada nos satisfaciera, llegando al punto de tener que inventarnos las cosas para sentir placer y poder apartar todo aquello que nos duele o nos decepciona. A raiz de todo esto, pensé que muchas personas (y en esto también me incluyo) tendimos a esperar demasiadas cosas de los demás, y eso al fin y al cabo, creo que resulta ser un error, porque lo único que conseguimos es hacernos daño y sentirnos decepcionados, ya no sólo con los demás, sinó también con nosotros mismos por esperar cosas que de algún modo sabemos que  no son posibles, pero que aún así, nuestra mente se empeña en hacernos creer que sí lo son a modo de espejismos.

Por eso, creo que deberíamos ser valientes y afrontar aquéllo que llega, y no ser tan egoístas enfadándonos y esperando cosas que no pueden ser; deberíamos ser capaces de saber valorar aquellas cosas que pasan y aquellas que no pasan por igual, sacando de cada una lo mejor, y si algo no sale como teníamos pensado o alguien no actúa como pensábamos que lo haría, pues aceptarlo y pasar página, ya que la vida es demasiado corta para estar siempre enfadado y nadando a contracorriente.



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