martes, 2 de febrero de 2010

Sigo besándole y él sigue sin convertirse en príncipe


Le he vuelto a preguntar a Gino si creía que era raro tener ganas de llorar sin tener ningún motivo triste, sin estar enrabiada con nada ni con nadie... su respuesta ha sido una sonrisa, la misma de siempre. No sé, supongo que debe ser por el cansancio que llevo encima y tanto estudiar para el examen que tengo pasado mañana, que me hace desvariar. Creo que lo llevo bien, pero aún así quiero que pase ya de una vez! Ahora que querría que el tiempo pasara más deprisa, los días se vuelven eternos y parece que van a durar una eternidad. Por qué será que nunca nos conformamos con lo que tenemos?

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