lunes, 13 de diciembre de 2010

Cosas que me recuerdan a...


Nuestro cerebro siempre está en continuo funcionamiento, no para ni un segundo para tomarse un respiro o un kit-kat. Algunas personas olvidan con más facilidad, a otras nos cuesta más. A éste último tipo de personas, nos suele pasar que siempre casi todo lo que nos rodea, hace florecer algún recuerdo que tenemos guardado en nuestra memoria. Cuando huelo a tierra mojada o a humedad, me acuerdo del hotel que teníamos en casa, y de las veces que abría las cámaras frigoríficas para sentir ese olor y lo mucho que me gustaba hacerlo; lo que venía a continuación solía ser mi padre gritando que cerrara de una vez la puerta porque estaba dejando que saliera todo el frío; por otro lado, la colonia XS Black, hace que piense en mi hermano, y cuando le echo de menos abro el armario del cuarto de baño, primer estante a la derecha, y cojo el frasco de colonia, o escucho la canción de City of blinding lights de U2, que me sigue poniendo los pelos de punta cada vez que me acuerdo de ese 3 de julio en medio del Camp Nou, momento en que mi hermano me subió a sus hombros para que pudiera ver a Bono cantándola; cada vez que escucho la canción Sense tu de Teràpia de Shock, la primera persona que aparece en mi mente es mi prima, a las dos nos encanta y ya he perdido la cuenta de las veces que la hemos escuchado juntas, y de si la razón por la que me pasó el video de esta canción era la letra en sí o las imágenes que salían en él; o de las tardes de verano en que nos poníamos a saltar encima de la cama de sus padres y cantábamos mientras nos mirábamos en un espejo que había en la habitación; siguiendo con más canciones, al escuchar la de Video kill the radio star, no puedo pensar más que en mi mejor amiga; casi todas las parejas tienen una canción, pues nosotras también y cada vez que la ponen o la escuchamos no podemos evitar ponernos a cantar como si la vida nos fuera en ello y de nosotras dependiera que el Sol saliese al día siguiente; cuando veo u oigo algo relacionado con la película El curioso caso de Benjamin Button, no puedo evitar acordarme de un amigo al que aprecio muchísimo y que me recomendó que me llevara la GameBoy el día que le dije que iba a ver dicha peli, ya que según él era demasiado larga y el cubo más grande de palomitas no daba para más de dos horas y media; él sabe que es especial para mi y que también me acuerdo de él con los sugus de piña, esos con el envoltorio azul y que son mis preferidos; cuando voy caminando por la calle y veo a algún chico al que encuentro atractivo, me acuerdo de otra amiga con la que comparto los mismo gustos en cuando a chicos se refiere; es alguien con quien he compartido infinidad de cosas en los tres años que ha durado mi carrera y si hace 4 años me hubieran dicho que llegaríamos a ser inseparables y tan iguales en casi todo, hubiera pensado que se trataba de una broma, ya que por aquellos tiempos éramos todo lo contrario; sí, éramos enemigas de pies a cabeza; luego, también me acuerdo de mi cuñada cuando pongo el dvd de La familia crece; creo sinceramente que es la única persona que conozco a la que le guste esta serie manga y me encanta poder compartir esto con ella, junto con el color azul; cuando por la tele o por la radio oigo que la gente dice cosas sin sentido, pienso en mi abuela, especialista en inventar cosas y palabras que ni siquiera ella conoce; y cuando veo purpurina con un toque de aroma a coco, me acuerdo de otra persona a la que creo que ya puedo llamar amigo. Cada vez que paso por delante de una librería pienso en mi padre, al que le debo mi pasión por los libros y la música clásica; me presentó a Neruda, Alberti, Lorca, Blas de Otero, etc. cuando sólo tenía siete años... y a mi querido Shakespeare, que me enamora con cada verso que escribió; y mi madre...qué decir de ella... pues que es la mejor del mundo. Tampoco puedo evitar acordarme, cada vez que veo una heladería o un banana split, del primer día que cometí hidratocarboicidio con mi prima y mi mejor amiga; o de la vez que nos pasamos toda la noche despiertas y riendo por algo que otra de mis mejores amigas había dicho sobre un vaso de coca cola, y como comprenderéis, cada vez que pido una me acuerdo de ella.
En fin, podría estar todo el día recordando cosas que me traen personas o momentos a la mente, pero creo que no terminaría nunca y esto se convertiría en un tostón y perdería toda su gracia. Como sabéis, ya que en más de una ocasión lo he dicho, son estas pequeñas cosas las que me alegran y son importantes para mi, porque cada una de esas personas son las que de algún modo me ayudaron a ser quien soy, aunque en ciertas ocasiones o períodos de mi vida me sienta perdida y con un vértigo que crece por momentos aun teniendo las pies en el suelo. Gracias a todos esos sujetos y todos los que seguramente me he dejado sin nombrar, tengo un baúl lleno de instantes que tuvieron luz propia y que a día de hoy, todavía brillan.

2 comentarios:

JFL dijo...

La clave esta en las pequeñas cosas. A veces, como tu, escucho una canción o huelo el olor de la tormenta y me transporta a un lugar, a un momento. A veces cierro los ojos y me parece volver a revivir aquellos instantes, abstractos, ya casi borrados, pero vivos en algún rincón de nuestra memoria.
Un precioso post, el que has escrito.
Un abrazote

Morland dijo...

Yo creo que las personas realmente somos todos esos momentos, lo que hemos vivido y sentido en algún momento de nuestras vidas. Y cada uno de los recuerdos sea capaz de transportarnos de nuevo a esos intantes...no tiene precio.

Un besote^^